
Propiedades y beneficios de la carne de cerdo
Existen bastantes mitos acerca de la carne de cerdo que hoy desde nuestro blog vamos a intentar desmontar. Y es que esta carne posee beneficios nutricionales en ocasiones desconocidos que os contamos para que conozcáis un poco mejor este alimento. La carne de cerdo es fuente de proteínas, de vitaminas del grupo B y no tiene más grasa, por ejemplo, que la carne de vacuno. Lo vemos al detalle.
Según datos ofrecidos por la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca, Interporc, el lomo y el solomillo de cerdo tienen pocas grasas saturadas y bajo colesterol, además de proteínas de alto valor biológico, ideales para el consumo, por ejemplo, por parte de los diabéticos. El 70% de la grasa del cerdo se encuentra debajo de la piel y es la que se elimina en el corte; y la mitad del resto de grasa que queda en la carne es ácido oleico que, además de proporcionar todas las propiedades que aporta al aceite de oliva y que todos conocemos, está demostrado científicamente que es fundamental para combatir el colesterol, ya que no sólo hace descender el malo si no que ayuda a subir el bueno. La carne de cerdo es rica, también, en ácido linoleico, que contribuye a neutralizar el efecto de la grasa “mala” o saturada.
Las necesidades nutricionales en cuanto a antioxidantes están cubiertas si consumimos carne de cerdo y, como hemos dicho antes, es fuente de vitamina B1, B2, B6 y B12, rivoflavina o tiamina, entre otras, y posee minerales como fósforo, hierro, calcio y potasio. Por ejemplo, la B1 es muy buena para que el corazón, el sistema digestivo y el nervioso funcionen adecuadamente y, además, transforma los carbohidratos en energía. La B3 es buena para la piel y la digestión, y vital para el crecimiento. Las proteínas regulan las funciones del cuerpo y fortalecen sus tejidos, a la vez que crean anticuerpos para combatir infecciones. Las personas con hipertensión arterial encuentran en la carne de cerdo numerosos beneficios debido a sus aportes de potasio.
Los profesionales del campo de la nutrición aconsejan ingerir entre tres y cuatro raciones de carne de cerdo magra a la semana. Es una carne fácilmente digerible y masticable, con un sabor increíble, también muy adecuada para incluirla en dietas para perder peso ya que es baja en grasas y fuente de proteínas de calidad. Asimismo, la deberán consumir personas con anemia ya que su aporte de hierro será beneficioso para equilibrar este déficit. Se trata, como veis, de un alimento nutritivo y equilibrado que no debe faltar en nuestra alimentación.
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